Esa es una expresión muy propia de la época electoral.

Es parte de un acto humano vacío en ideas, sin identidad política y sin compromiso con nadie más que, con su círculo de amigos casados con intereses muy particulares.

Es una receta que los corruptos - muchas veces sin sentirse como tales - han utilizado campaña tras campaña electoral, para acariciar la ignorancia, besar al tonto,  vacilar al soñador y aprovecharse del desesperado.

El resultado siempre ha sido el mismo. usted cae en la trampa y luego se chupa cuatro años de los mismo.

¿Qué es lo mismo?

Hasta el día de hoy... hombres de corbata, mujeres elegantes. Todos de un hablar que encanta a los torpes que, siempre caen como moscas.

¿Qué simbolizan?

Demagogia, corrupción, juegos turbios, divorcio con la gente de los distritos y sus problemas más inmediatos, carencia de compromiso e ineficacia en la solución de problemas, entre otros.

No todo lo que brilla es oro, cuidado a los que tratan de impresionar con desfiles, banderas, gritos, abrazos, palabras llenas de veneno, de falsedad y compromisos no alcanzables.

El voto razonado es muy valioso, muchos lo buscan en tu hogar, en tu trabajo, en la reunión de amigos y de negocios, para luego, sentarse en la silla a calentar el campo en una municipalidad.

Tu voto puede ser la diferencia para frenar al politiquero y dar espacio seguro al político, o sea, a esas personas tan urgentes para gobernar en democracia.